lunes, 27 de octubre de 2008

34. Mikel



Heleni:


Antes que todo, debo darte las explicaciones de mi ausencia. Al recibir tu carta me he llenado de alegría y también de vergüenza, y claro, preocupación.


El trabajo ha sido duro y nunca me imaginé que una pesquera pequeña pudiera darme tantos problemas, encima que pareciera que Dios se ha ensañado con nosotros en este desierto rodeado de agua.


He enfermado, pero eso no ha podido ser suficiente como para poder desembarcar o descansar, pero me han cuidado muy bien y gracias a ello, me encuentro sano y acostumbrado a la humedad. De todas formas, aquí todos son muy buenas personas, y les he tomado mucho cariño, no solo como compañeros, sino que como hermanos.


Mis labores aquí han variado y he pasado por todos los puestos.


No te comentaré en detalle mi trabajo porque no quiero aburrirte con minuciosidades o a lo mejor no lo entenderás.


Te he extrañado, aunque no haya tenido tiempo para decírtelo. Mirando el mar pienso en el oscuro de tus ojos y al tocar la madera de la embarcación sueño con la tibieza y la suavidad de tu espalda. He soñado contigo, entre peces y brisas, tus cabellos parecieran rozar mi rostro como algas perfumadas y quisiera estar respirando el dulce aliento de tu boca que he extrañado en las mañanas donde sólo respiro el salar de las aguas.


Pero son sueños y despierto y me topo con el trabajo. Me gusta lo que hago, no me quejo y los ratos de descanso son una delicia entre pescado ahumado y vino, compartiendo las aventurillas del día con los compañeros. Sobretodo me gustaría que conocieras a Martín, este hombre ha dejado todo por venirse a pescar. Me cuenta que a pesar de que a su señora no le gusta que se ausente por tanto tiempo, no ha dejado de amarle ni atenderle y que incluso pronto será padre y eso lo tiene aún más animado para trabajar. Espero que tú también resultes ser tan abnegada o que por lo menos no cuestiones este trabajo, recuerda que lo hago por nosotros, por nuestro futuro y no queda tanto tiempo para que vuelva a estar junto a ti, y claro con el dinero suficiente para nuestros proyectos.


Ay mujer, tus cartas son a ratos tan desesperadas que me preocupas, pero insisto que las malas noticias llegan antes que las buenas, así que tú quédate tranquila que estoy bien, trabajando y trabajando.


Espero que estás bien y espero también que sigamos recibiendo noticias mutuas.


Heleni, mi dulce niña, tú ten calma, que pronto todo irá bien.


Las fotografías que te mando han sido tomadas con la Polaroid de Martín. Qué lástima que los colores no se plasmen tan bien como en la realidad, pero es para que conozcas a mi equipo de trabajo. Y veas que a pesar de que he bajado un poco de peso, estoy bien y vivo.


No desesperes mujer, que ya estaremos juntos.


Y como no soy bueno con esto de escribir, me despido. Y por favor, no te preocupes por mí, que estoy bien.


Espero una carta tuya pronto y saber noticias, no te prometo nada, pero trataré de contestar más rápido.


Te amo Helenilla


Te me cuidas.




Cariños





Mikel.


Gabriela