lunes, 19 de mayo de 2014

Mecánica

Mecanica

Dicen que el cuerpo humano es la máquina perfecta...
 si no fuera por la mente que vuela incesantemente en caminos pedregosos y húmedos que ayudan a la oxidación de las ideas y que el andar se vuelva alocado.
Algunos hablan de los tornillos sueltos, como si estar siempre en ajuste fuera algo bueno y dejarnos disfrutar una aceitada extra que nos lubrique no sólo los pensamientos.
y todo se nos mecaniniza. El tiempo, el trabajo, tu voz. Para qué? para recordarnos que somos una maravilla del creador o un desbarajuste en la máquina universal, la pieza chamuscada del rompezabezas de la vida o sencillamente un aparatito que con un poco de agua, comida y luz, se mueve... y que comete muchos errores por la configuración a medias que se le dió.
No quiero ser un robot, me atormenta la idea de la mujer autómata que solo vive para trabajar y dar de comer a su niña.
Hay algo en mí que me mueve, pero no son pilas... hay algo que me da un no se qué en el pecho que hace que diga cosas y que haga cosas ...

Sentimentalismos innecesarios

Puede que el mar interior esté en calma y las hormonas se hayan tomado vacaciones en mi
Puede ser que me haya vuelto un ser insensible a punta de puros golpes. Puede, también, que sea algo del destino que me está indicando que mis prioridades van por otro camino, pero me extraña, que yo, que siempre he sido un complejo menjunje de emocionalidad y romanticismos, ahora me encuentre extrañamente en paz.
No tengo dramas, ni menos un hombre que acalambre mis pensamientos, no tengo problemas laborales, aunque el dinero siempre escasea... no me importa.
Me siento ajena, será que me he anulado alguna glándula? será que me he vuelto de acero?
o lo que es peor ésta es sólo la calma previa a la tormenta?
Qué será?
Y pensaba, que todo esto de las separaciones se adorna tanto con los sentimentalismos innecesarios...
por algo terminé con él, por algo estaba aburrida, por algo estaba cansada... para qué estresarme más con el tema que se veía venir?Se supone que con esto mi vida volvería a ser tranquila...
Y lo es. 
O mi vida ya no es una novela romántica, sino que simplemente un pasquín irreverente lleno de rarezas y experiencias kitch?
Anda a saber... tendré que seguir leyéndome y disfrutando que aún el cable no se me ha pelado o que los ojos no se me han hinchado de llorar... menos mal...
A lo mejor todo esto es una mentira mía, una ilusión ...y en el fondo mi otro yo sufre como una Magdalena frente al calvario.
No lo creo
...ESTA HISTORIA CONTINUARÁ....

viernes, 16 de mayo de 2014

Tacones

Tacones

Ocho centímetros más de status, la elegancia en la estilizada figura de los fémures de caballo, de ángel que penas toca el piso al caminar, como si no rozara la brisa de la tierra en su andar. Una remembranza de nuestra condición histérica, de nuestra queja atrapada entre agujas, hebillas y puntas, todo por la buena forma femenina.


La hichazón, el color rosa de los dedos sufriendo, apretados, ahogados, luchando por liberarse de este hermoso castillito encuerado, donde detrás de la sonrisa radiante se esconde el dolor de representar la fineza que Dios no nos quiso regalar: poder.

Polerones Negros

Me acerqué a ti aunque estuvieras decolorado y tú me aceptaste aunque mis mangas estuvieran rotas.
Acaricié tus costuras hilachentas y tu me abrazaste felpudamente.
Compartimos el mismo color y ambos además estamos desgastados por el uso. Me fijé que a ratos, tu cierre se traba y que yo aún llevo algunas pelusas en los bolsillos, pero eso no importa, porque me pude abrigar con tu material 100% algodón y tú pudiste acariciar mis hilos enredados.
Aunque tengas manchas de cloro, aunque yo tenga hoyitos en la espalda, aunque sólo podamos ser usados dentro de la casa, compartimos el placer de ser las prendas regalonas. 
No conocemos lavanderías ni el almidón ni la plancha, pero tenemos más historias que el frac que se esconde en el armario. 
Sé de amor dulce con chocolate y también sé de penas invernales. Protegí del frío de las decepciones, secando lágrimas y sé también como se siente una mañana acompañada de la alegría de sentirte a mi lado. 
Aunque no tengamos un buen aspecto, aunque algunas veces nos han querido dejar de traperos, sobrevivimos y podemos, aún, dar calor.