viernes, 16 de mayo de 2014

Polerones Negros

Me acerqué a ti aunque estuvieras decolorado y tú me aceptaste aunque mis mangas estuvieran rotas.
Acaricié tus costuras hilachentas y tu me abrazaste felpudamente.
Compartimos el mismo color y ambos además estamos desgastados por el uso. Me fijé que a ratos, tu cierre se traba y que yo aún llevo algunas pelusas en los bolsillos, pero eso no importa, porque me pude abrigar con tu material 100% algodón y tú pudiste acariciar mis hilos enredados.
Aunque tengas manchas de cloro, aunque yo tenga hoyitos en la espalda, aunque sólo podamos ser usados dentro de la casa, compartimos el placer de ser las prendas regalonas. 
No conocemos lavanderías ni el almidón ni la plancha, pero tenemos más historias que el frac que se esconde en el armario. 
Sé de amor dulce con chocolate y también sé de penas invernales. Protegí del frío de las decepciones, secando lágrimas y sé también como se siente una mañana acompañada de la alegría de sentirte a mi lado. 
Aunque no tengamos un buen aspecto, aunque algunas veces nos han querido dejar de traperos, sobrevivimos y podemos, aún, dar calor. 

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